viernes, 26 de febrero de 2016

Elementos de economía

Elementos de Economía 
(Recopilación)

Cartas para Sofía


Alex Villanueva A.
Caracas, Febrero 2016




Oferta y demanda.

Sofía, yo sé que tú vives en tu mundo, pero déjame decirte que Maduro, después de la contundente derrota electoral de la Asamblea Nacional del 6D, continúa diciendo que está enfrentado a una guerra económica que nadie cree, guerra que está en su imaginación. Es gracioso, Sofía, ver que el presidente ha perdido una guerra que sólo está en su delirante fantasía. Clinton diría: "It's the economy, stupid"

Esta situación me recuerda mi época de estudiante de ingeniería en la Universidad, cuando estudiaba Economía con el clásico texto de Paul Samuelson, premio Nobel de Economía de 1970, mientras paralelamente seguía mi asignatura de Materialismo Histórico que me llevó a leer parcialmente El Capital de Marx. Yo también fui estudiante como tú, Sofía.

Allí entendí que las leyes de la oferta y demanda no son ni capitalista ni socialista, sino son leyes como la ley de la gravedad. Las cosas son atraídas por la gravedad y tienen un peso, no porque sean de izquierda o de derecha. Igual que la gravedad, que cuando no se toma en cuenta las cosas se caen al suelo, no tomar en cuenta las leyes de oferta y demanda generan disturbios en los precios, especulación, acaparamiento, contrabando y mercado negro. Permíteme, Sofía, que te lo explique.

Vamos viendo, el gráfico adjunto del “precio unitario de cierta mercancía” versus “la cantidad de productos” muestra como la curva de la oferta asciende mientras mayor sea el precio, es decir, habrá más individuos interesados en producir mientras mayor sea el precio de la mercancía. De hecho, para precios bajos habrá pocos con capacidad de producir de manera sostenible, lo harán solo aquellos con alta eficiencia y productividad que cuentan con una tecnología de alto rendimiento para lograr producir a bajo costo, pero a mayor precio se incorporarán a la producción otras unidades de menor eficiencia. Así ocurre con el petróleo, con un alto precio se incorpora a la producción el petróleo de difícil extracción, como el caso de la producción de pozos profundos, desde arenas bituminosas, desde esquistos, de pozos en alta mar, etc. Esta es la curva de la oferta, ¿me vas siguiendo la idea, Sofía?

En cambio, la curva de demanda desciende mientras el precio aumenta, pues a mayor precio habrá menor apetencia por tal mercancía. Si el precio es muy alto el consumidor tenderá a consumir otro producto sustituto, en tanto que si el precio es bajo la demanda será mayor, pues el consumidor tendrá preferencia por este producto en reemplazo de otro de mayor precio. Esta es la curva de la demanda. Te preguntarás, Sofía, ¿por qué se cruzan las curvas?

Precisamente la intersección de las curvas de oferta y demanda definen el precio y el volumen de producción en la situación de equilibrio económico (Ve el gráfico, punto 1, P1 y M1). Otro valor distinto al punto de equilibrio es una condición de inestabilidad, pues si el precio es mayor que el de equilibrio, entonces no habrá suficiente demanda para adquirir toda la producción, lo que progresivamente quitará producción del mercado y deberán bajar los precios hasta retomar el equilibrio. Sofía, esto es asunto de sentido común, nada más.

De igual modo, un precio inferior al del punto de equilibrio es inestable, como es el caso cuando se fija un precio regulado que establece arbitrariamente el gobierno. Imagínate, Sofía, por ejemplo, un precio “P2” por debajo del punto de equilibrio provoca una disminución de la oferta a “M2” (Ve el gráfico, punto 2), en tanto que la demanda aumenta a “M3” (Ve el gráfico, punto 3). Hay un déficit en el mercado que va de “M2” a “M3” ¿Entonces qué ocurre? Se genera una demanda insatisfecha que automáticamente produce el mercado negro donde se transan las mercancías a un precio mayor, más alto mientras más prohibido sea. Otros van a acaparar para esperar precios aún mayores con el agravamiento de la crisis, otros se dedicarán al contrabando hacia los países vecinos, estimulados adicionalmente por las tasas cambiarias de las divisas. No te aburras, Sofía, ya voy a terminar, deja de bostezar.

Esta situación de arbitrariedad se transforma en una mayor crisis cuando crece el ambiente de inseguridad y desconfianza, aumenta el riesgo de producir con pérdidas, disminuyen las inversiones y, peor aún, comienza la desinversión. Se crea una bola de nieve que crece cada vez más y va aplastando la economía, en realidad va aplastando a la población. Esto es lo que el gobierno llama la guerra económica, ¿comprendes, Sofía? Quizás algunos se defiendan diciendo que es una propaganda por una buena causa, pero entonces no es ético.

La economía exige que se respeten sus leyes, pretender imponerles decretos como si se pudiera emitir una ordenanza del gobierno que suspendiera la gravedad para no tener que soportar el peso de las cosas, lo cual no es posible sin graves consecuencias, pues la gravedad seguirá ahí.

¿Entonces, en aras de mantener el punto de equilibrio entre la oferta y la demanda se dejará a una parte de la población sin acceso a los alimentos básicos para su subsistencia? Pues, no. Definitivamente no, Sofía, yo estoy muy de acuerdo con tu sensibilidad social. El Estado debe asegurar un precio asequible a la población más débil, y para ello en una economía de mercado se modifica la curva de oferta trasladándola a la derecha, como la línea punteada de la gráfica, esto quiere decir que se estimula la oferta a través de diversos mecanismos que impulsen la producción, por ejemplo, con subvenciones, exoneraciones, reducción de impuestos, tecnología superior, estabilidad económica, ambiente de confianza, competencia de mercado, medidas antimonopolio, facilidades de transporte, adecuados servicios públicos, etc.

El desplazamiento de la curva de la oferta lleva a un nuevo punto  de equilibrio de mayor volumen de mercancías y menor precio (Ve el gráfico, punto 4), a la vez que la población debe tener trabajos dignos que le permitan al menos un salario digno que le dé acceso a cubrir sus necesidades básicas. A la vez se deben establecer programas sociales, como el Programa de Bolsa Familia que existe en Brasil, para atender a la población más débil. Pregúntale a tu tío, Sofía ¿Qué hizo Lula en Brasil? Esto se llama economía social de mercado, como lo hacen los países escandinavos, como lo hacen los chinos, los vietnamitas, etc. ¿Todavía me sigues, Sofía?

Naturalmente que otra opción sería usar un fusil para obligar a producir y que cada cual consuma la ración que determine el Estado. Esto es lo que se hizo durante 70 años en la U.R.R.S.S. y no terminó nada bien. Aun así, habrá mercado negro y una dramática emigración, como ocurre en Cuba, y como también sucede en Venezuela. Tú sabes, Sofía, que esto es muy triste y ojalá tú nunca tengas que emigrar de tu país.

“La economía, estúpido”, decía Clinton mientras jugaba con la Lengüisky. Sí, Sofía, la economía es importante aquí y en tu mundo también, pero más importante es lo que hacemos con nosotros mismos. Recuerda lo que dijo Sartre: “somos lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros, somos libres”. Un abrazo, Sofía.

Caracas, 16 de Diciembre, 2015



Más de economía

Sofía, no te había escrito porque estaba en mis meditaciones, pues, como tú dices, tengo tiempo para ello, es mi tiempo de ocio. Claro, debo aclararte que algunos estiman despectivo el ocio sin conocer que esta expresión se origina del latín como antónimo de negocio. Los romanos decían nec y otium (no ocio) para describir las actividades para hacer dinero, de modo que otium (ocio) se refiere a las actividades libres que no buscan retribución alguna, al menos no de dinero. En este sentido soy ocioso, que no holgazán que es otra cosa… aunque un poco también, en realidad.

Podrás apreciar, Sofía, que para dedicarse al ocio es necesario abstraerse de la sociedad de consumo, caso contrario te absorbe la banalidad y pierdes la oportunidad de una vida auténtica. En este sentido el ocio es una virtud. ¿Lo crees así, Sofía? Está bien, pero no exageres.

Abstraerse del consumismo no es sencillo, pues si Perica tiene un iPhone moderno, tú también deseará uno igual o superior, o si Josefina es atractiva con el pelo pintado de verde, tú también querrás un color vistoso, etc. No es sencillo, Sofía, la propaganda del sistema y el entorno nos empujan al consumo de cosas que parecen necesarias, pero no son prioritarias realmente. Entonces, abstraerse del consumismo es ser rebelde contra el sistema cuya esencia es promover el consumo. Observa a la gente, Sofía, se siente contenta cuando consigue una oferta, porque ha comprado barato, sin siquiera pensar si necesita o no lo que ha adquirido.

¿Sabes tú, Sofía, cómo se mide la economía de un país? Pues, midiendo todo lo que se produce en bienes y servicios para el consumo. Que importa si las cosas sirven o no, lo importante es el consumo. Mientras más se produce para el consumo es más fuerte la economía. Esto es lo que se llama el Producto Nacional Bruto (PNB) que no necesariamente tiene que ver con el Bienestar Económico, pues la industrialización también nos ha traído mayor contaminación ambiental y afectación de la calidad de vida, aunque no se puede negar que estamos mucho mejor que en la época de la Revolución Industrial.

Ahora, ¿te preguntarás por qué el PNB alcanza determinado nivel? El economista inglés Maynard Keynes formuló una teoría de gran aceptación al respecto que plantea que el nivel de la economía depende del consumo, el ahorro y la inversión. Incluso los marxistas han aceptado el importante valor explicativo de esta teoría.

En este sentido, todos están de acuerdo que las inversiones son el motor del crecimiento de la economía. ¿Tú sabes, Sofía, que China crece a impresionantes índices económicos gracias a las inversiones extranjeras? El año 2014 pasó a ser el primer lugar de destino de las inversiones extranjeras directas, superando a Estados Unidos, con 129 mil millones de US$ (Fuente: UNCTAD).

Ahora bien, Sofía, para comprender el tema te invito a examinar la gráfica que adjunto. Observarás que mientras mayor sea la Renta Nacional, que se mide con el PNB (es lo mismo), mayor será la propensión al consumo. Algo parecido ocurre con las familias, pues a mayor ingreso se incorporan más y nuevas cosas al consumo, después de satisfacer las necesidades primarias se comienzan a satisfacer otras necesidades más sofisticadas y, a partir de cierto nivel de ingreso, también algo se ahorra. De modo similar, a mayor PNB hay una tendencia a mayor ahorro a partir de determinado punto donde se satisfacen las necesidades primarias de la población.

Por otro lado, la inversión depende de las oportunidades que ofrezca el entorno, de los avances tecnológicos, de la tasa de interés de capital, del ambiente de confianza y de las expectativas de la economía, en tanto que el ahorro depende de los ingresos y de la actitud de las personas y de las empresas. Así entonces la Renta Nacional es la suma del consumo, incluido los gastos del Estado, más el ahorro.
La estabilidad de equilibrio económico está en la intersección de la curva del ahorro con la de inversión (interna y externa), caso contrario variarán los niveles de la producción hasta alcanzar el equilibrio donde la inversión es igual al ahorro.

Es interesante que observes en el gráfico que te adjunto, Sofía, que si la Inversión baja a un valor inferior al punto previo de equilibrio entonces el PNB bajará hasta alcanzar nuevamente el equilibrio, en tanto que si la inversión es superior al punto de equilibrio el PNB debería subir hasta lograr una nueva estabilidad. Este es el aspecto determinante de la macro-economía, la inversión igual al ahorro.

Más importante todavía, Sofía, es destacar que un incremento de la inversión, digamos en 1.000 unidades monetarias, producirá un aumento del PNB mucho mayor, digamos 3.000 unidades monetarias, dependiendo de la pendiente de la curva del ahorro. Lo puedes observar en el gráfico. Esto es, mientras mayor sea la propensión al consumo, entonces tendrá menos pendiente la curva de propensión al ahorro, de manera que mayor será el efecto multiplicativo de las inversiones adicionales sobre el crecimiento del PNB, o sea, de la producción de bienes y servicios para el consumo. Esta es la clave, mayor consumo, más consumo y más consumo…

En realidad, un gobierno puede orientar el crecimiento de las áreas prioritarias de la economía a través de la política fiscal (gastos del Estado, impuestos, subvenciones, etc.) y la política monetaria (masa monetaria, tasa de cambios, intereses, etc.), creando un ambiente de confianza y seguridad que dé lugar a un crecimiento estable de la económica y una redistribución de la riqueza en la población.
En este sentido, los gobiernos estimulan la inversión extranjera directa que en el año 2014, según la CEPAL, en millones de US$, fueron para algunos países las siguientes: Brasil= 63.996, Chile=22.002, Colombia=16.054, Venezuela=320.

¡Vaya, Venezuela! Estoy contra el consumismo, en el sentido de no despilfarrar los recursos naturales, pero no para pasar hambre. Aquí la falta de inversiones nacionales y extranjeras nos tiene sin producción de alimentos ni medicinas. Sofía, aquí no hay una revolución social, sino que en nombre de ella se pretende justificar un desastre humanitario de unos sembradores de vientos que han traído estas tormentas.

¿Quién va a invertir bajo amenaza de expropiación? ¿Quién lo haría sin seguridad jurídica? ¿Quién está dispuesto a invertir para perder dinero? Ni siquiera el Estado lo hizo cuando durante muchos años se recibían más de 100 mil millones de US$ anuales por concepto de la exportación de petróleo, por el contrario, nos comimos ese dinero y otro tanto se lo robaron, sin aprovechar la oportunidad de crear nuevas empresas y fuentes de trabajo productivas y, además, se han destruido las empresas públicas y privadas del país.

Ahora al gobierno se le ocurrió crear el Ministerio del Poder Popular de la Agricultura Urbana: ¡que cada cual tenga sus macetas de tomates y lechugas en los balcones de sus apartamentos y en los ranchos de los cerros! Seguramente después inventarán el Ministerio de las Cavernas y el Ministerio de los Guayucos (taparrabo indígena).

Caracas, 11 de Enero de 2016.



La inflación

Sofía, hoy te quiero hablar de la inflación. Este fenómeno es cómo la fiebre cuando tú estás enferma por alguna infección, la fiebre es la manera cómo se defiende el organismo y no la causa, de modo que bajar la fiebre con Acetominofén (Paracetamol) es atacar el síntoma y se encubre la enfermedad. Sofía, así es la inflación, es el síntoma de la enfermedad de la economía e intentar controlar los precios de los bienes y servicios sólo provocará un agravamiento de la enfermedad. Aunque tú no lo creas, mucha gente no lo entiende así, o intentan hacer creer a los demás que no es así.

Este tema es interesante, Sofía, porque en Venezuela la inflación en el año 2015 fue la mayor del mundo y las perspectivas para este año 2016 son peores. El año pasado el gobierno prohibió al Banco Central publicar las cifras de inflación, como si se pudieran ocultar lo que ocurre con los precios cuando las personas van todos los días al mercado a comprar sus alimentos. Fuentes extraoficiales dicen que alcanzó más de 200% en el recién pasado año y los precios de los alimentos se han más que duplicado en los últimos 5 meses.

Las autoridades de gobierno se defienden diciendo que esto es resultado de la avaricia y el egoísmo de los empresarios, que es la especulación y el acaparamiento, es el espíritu maligno que domina a los burgueses y al imperialismo que huele a azufre. Estoy de acuerdo que en general los empresarios no son unos angelitos, pero el problema no se puede plantear como una lucha entre los buenos y los malos, entre patriotas y apátridas. Quizás haya enfrentamiento de intereses que es otra cosa.

Los empresarios harán lo que puedan, no lo que quieran, al menos en un Estado de Derecho, Sofía, pues si no fuera así todavía la jornada de trabajo sería 16 horas diarias, los obreros mineros seguirían prácticamente viviendo en los túneles de las minas, sin ver las luz del día durante casi todo el año, como antaño que cuando subían a sus hogares se encontraban con la sorpresa que habían nacido nuevos hijos con su mujer. Pues no, los empresarios no hacen lo que quieran y, por cierto, los malos nos hayamos en todas partes.

Si un producto aumenta su precio porque aumentan los costos, o aumenta la ganancia, o aumentan los impuestos, no es inflación. La inflación es cuando existe un aumento generalizado de los precios. Imagínate, Sofía, que de un día para otro aumenta al doble el dinero que todo el mundo tiene, el de todas las personas, todas las instituciones, el gobierno, los bancos, etc., entonces, como los productos y servicios que se transan son los mismo, simplemente los precios se duplican en este simple supuesto donde hacemos abstracción de otros efectos keynesianos de la demanda sobre el PNB. Así las cosas, con más dinero en el bolsillo, seguimos igual de ricos o pobres.

Por supuesto que este efecto no es inmediato, pues los que se muevan más rápidos lograrán comprar más barato durante el proceso de ajuste de precios y los más lentos comprarán más caro. El precio oscilará durante un tiempo hasta estabilizarse al doble del precio original.
Ahora, Sofía, imagínate que al tiempo que se duplica el dinero ocurre que los bienes y servicios se reducen a la mitad. Obviamente que en este caso los precios se cuadruplican con respecto al precio original, ya que habrá menos mercancías que repartir. Ahora sí, todos nos volvemos la mitad más pobres.

Volvamos al primer escenario del ejemplo, Sofía, pero esta vez supongamos que cuando se duplica el dinero es el gobierno quien toma el dinero adicional. Entonces cuando se duplican los precios las mercancías serán más accesibles al gobierno con mayor poder adquisitivo y la población tendrá menos capacidad de compra y sólo podrá adquirir la mitad de los productos que antes. Habrá una redistribución de la riqueza en favor del gobierno y, quizás, de los empresarios. El gobierno, lamentablemente, crecerá en burocracia, populismo, ineficiencia y corrupción.

Ahora, Sofía, ¿sabes cómo se produce más dinero? Simplemente el Banco Central imprime más dinero, pero esto apenas es una parte de la liquidez monetaria, pues se producirá un efecto multiplicativo del dinero bancario.

Imagínate, Sofía, como ocurre en la realidad, que el Banco Central de Venezuela (BCV) otorga un crédito a Petróleos de Venezuela (PDVSA) de 1.000 unidades monetarias. El BCV le entrega el dinero mediante una transferencia bancaria al Banco de Venezuela  (BV) para que atienda sus obligaciones y PDVSA le entrega un papel de compromiso de pago para algún día.

Mientras el depósito está en el Banco de Venezuela éste puede otorgar un crédito hasta por 800 unidades monetarias y debe dejar 20% como reserva legal obligatoria (encaje bancario), en consecuencia así ya se han creado adicionalmente a las 1.000 otras 800 unidades monetarias de dinero bancario. Estas 800 unidades volverán como depósitos bancarios a otros o el mismo banco, en base al cual se podrán otorgar créditos por 640 unidades monetarias y dejar el restante 20% como reserva legal, y así sucesivamente se producirán depósitos y créditos aguas abajo en una serie de 1.000, 800, 640, 512, 410, 328, 262, 210,… hasta que en definitiva puede llegar a sumar 5.000 unidades monetarias si el dinero no sale del sistema bancario nacional y, de hecho, realmente el monto que se traduce en billetes es muy pequeño, pues nadie guarda el dinero bajo la almohada. En cualquier caso, Sofía, siempre habrá algún efecto multiplicativo.

¡Sorpréndete!, las monedas y billetes pasaron en el país de 182  a 424 mil millones de bolívares de Diciembre de 2014 a Diciembre de 2015 y la liquidez monetaria (M2), que incluye además los depósitos a la vista y a plazos, pasó de las astronómicas cifras de 2,00  a 4,03 billones de bolívares (millón de millones de bolívares; información del BCV). En tanto, la deuda de PDVSA con el BCV llega a casi un billón de bolívares, a la vez que la producción nacional sigue disminuyendo por el cierre de empresas o la falta de insumos… y el gobierno insiste, Sofía: los culpables de la inflación son los empresarios, ¡vaya cinismo!

Caracas, 17 de Enero de 2016


El dinero

¡Vaya contradicción en Venezuela, Sofía! Hay mucho dinero, pero no alcanza para nada… y si alcanza para algo, no está en los anaqueles de los supermercados. Es la crisis económica del país que alcanza dimensiones catastróficas de crisis humanitaria. En este contexto cabe preguntarse ¿qué significa el dinero? En una reflexión anterior te hablé del dinero y la inflación, pero es interesante saber cómo surgió el dinero y cuál es su verdadera esencia.

Tú sabes, Sofía, que en un comienzo los individuos primitivos cubrían las necesidades de su grupo o tribu mediante sus actividades de caza y recolección, pero una vez que obtuvieron más alimentos que sus propias necesidades surgió la posibilidad de intercambiar productos con otros individuos. Sofía, puedas imaginarte a un homo sapiens intercambiar quizás un par de colmillos de mamut por una piel de oso de otro individuo.

Una vez que se amplió la posibilidad de hacer trueques los grupos humanos se pudieron especializar en algunas actividades que les facilitaba su entorno. Quizás algunos de nuestros primitivos familiares intercambiaban flechas por hachas de piedra, o pieles por alimentos, o nueces por conchas, etc.

Naturalmente que el trueque tiene implícita la regla de ganar-ganar, ambas partes buscan sentirse satisfechas en sus aspiraciones. Aunque con la perspectiva moderna no resulta muy gracioso recordar que durante el encuentro en el siglo XV de los españoles con los indígenas de América hubo trueque, los conquistadores intercambiaron espejitos por oro de los cándidos aborígenes.

Claro, allí aprendimos el concepto de comercio que no tenían nuestros antepasados aborígenes, y también aprendimos lo que ahora conocemos como secuestro express cuando Francisco Pizarro y sus soldados españoles secuestraron al Inca Atahualpa en la celada de Cajamarca, mataron más de 20.000 indígenas, y pidieron para su liberación que llenaran la habitación donde estaba recluido con objetos de oro y después volver a llenarla con plata. A pesar de que se cumplió con el pago del rescate mataron a Atahualpa acusado de idolatría, fratricidio y poligamia.

Pero, no es de estas historias que te quiero hablar, Sofía, sino explicarte cómo surgió el dinero para facilitar el intercambio de mercancías. Observa que no es sencillo que ocurra la coincidencia de que se encuentren dos personas tal que una desee exactamente lo que otra quiere entregar a cambio; además, no es posible imaginar el trueque de media vaca por tres cuartos de caballo.

Entonces en las primeras civilizaciones surgió el dinero como un mecanismo para facilitar el trueque. En un comienzo se utilizaron diferentes mercancías para tal efecto, como ganado, pieles, esclavos, perlas, cobre, oro, plata, diamantes, etc. Así las personas no intercambiaban directamente unas mercancías por otras, sino que recibían dinero por sus ventas y luego utilizaban ese dinero para comprar las mercancías que deseaban.

Lo interesante es que inicialmente la mayoría de los tipos de dinero tenía un valor intrínseco derivado de su escasez y valor de uso. Tú intercambiabas tus mercancías por un objeto de valor que fungía como dinero, pero no necesariamente debe ser así, pues no se busca el dinero por sí mismo, sino por las cosas que con él se pueden adquirir. El dinero es una convención social, artificial, que se acepta sobre la base de la confianza general.

Con el pasar de los años surgió la práctica de colocar los metales preciosos en custodia de los orfebres, para protegerlos del peligro de robo, mediante el pago de una comisión. Los orfebres expedían recibos de depósitos por el valor en resguardo, que preferentemente era oro. En realidad al depositante poco le importaba que se le reintegrara el mismo oro o no que el originalmente puesto en custodia, pues lo importante es su peso y su pureza que le garantizaba el orfebre.

Pronto el orfebre comprendió que no todos los depositantes irían a retirar lo suyo simultáneamente, de modo que no hacía falta mantener todas las reservas, incluso quizás los retiros podrían ser cubiertos con los nuevos depósitos. ¡Eureka, Sofía, he aquí los primeros banqueros!

Así, más tarde se emitió billetes y monedas respaldadas parcialmente en oro y se garantizaba la convertibilidad. Tú tenías un recibo o un billete que en cualquier momento el emisor del dinero te lo convertía en su equivalente en oro. Esto facilitó el comercio internacional a través de lo que se denominó el patrón oro, mecanismo que posteriormente fue actualizado con los Acuerdos de Bretton Woods en 1944 que convirtió el dólar en la moneda clave, habida cuenta la mayor reserva de oro que tenía Estados Unidos cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, y se formularon tasas de cambio monetario fijas atadas al oro. Así la mayoría de los países llevaban sus reservas de garantía en oro y/o dólares.

Sin embargo, el año 1971 el presidente Nixon abandonó la convertibilidad del dólar en oro para evitar la disminución de sus reservas federales, debido a la enorme emisión de dólares que hubo para financiar la guerra de Vietnam, lo cual generó presiones inflacionarias y desconfianza en el dólar, situación que derivó en una demanda desbocada de oro. Una vez bloqueada la convertibilidad de la moneda hemos llegado al caos actual con tasas cambiarias flotantes de acuerdo a la oferta y demanda de las diferentes monedas de los países, imposible de predecir sus variaciones.

En el caso de Venezuela el control cambiario gubernamental propició un mercado negro de oferta y demanda de su moneda, el bolívar, en Cúcuta, para un monto relativamente marginal de la economía, pero la única manera de acceder libremente a divisas, donde se cotiza casi a Bs 1.000 por 1 dólar (es ilegal decir el valor preciso de la web dolartoday), es decir, en bolívares antiguos 1.000.000. Recordemos que en 1983 estaba a 4,30 Bs por dólar y era de libre cambio.

Volviendo al oro, Sofía, el desarrollo histórico hizo de él un importante respaldo monetario y se ha llegado a enterrar en las profundidades de las bóvedas de los Bancos Centrales del mundo más del 30 mil toneladas de oro, 20% de todo el oro producido en la historia humana. Esto es un símbolo de la estupidez humana, enterrar la riqueza y no darle uso práctico.

Ojalá algún día, Sofía, pueda existir una sola moneda internacional basada en un nuevo orden internacional, sin necesidad de mantener reservas monetarias de ningún tipo, como el Bitcoin.

El valor del dinero no es el oro de las reservas internacionales, pues sólo es un instrumento para facilitar el intercambio comercial, y su respaldo es la producción de todos los bienes y servicios de un país y una emisión efectivamente controlada. Sofía, la fortaleza de una moneda es la fortaleza de la economía detrás de ella, así de sencillo.

A veces pienso que el dinero es algo despreciable…a propósito, ¿quién me presta $1.000?

Caracas, 30 de Enero de 2016


El comercio internacional

¿Sabías, Sofía, que según fuentes del Banco Central de Venezuela, en el año 1998 el sector privado del país exportó bienes no petroleros sobre los 4 mil millones de bolívares (23% de total de las exportaciones de bienes), en tanto que el año 2015 apenas superó algo los mil millones de dólares (3% del total)?.

En la fiesta de los petrodólares, durante estos 17 años de chavismo, al gobierno no le ha interesado esta situación, pues los problemas se tapaban con los dólares provenientes del oro negro, pero ahora que ha bajado dramáticamente el precio del petróleo se ha venido a dar cuenta que es importante tener otras fuentes de ingreso de divisas y anuncia con bombos y platillos que se acabó el modelo rentista de la economía y comienza el modelo productivo. ¡Vaya cinismo!, ellos mismos destruyeron el aparato productivo del país.

Ahora, te preguntarás, Sofía, ¿por qué es importante el comercio internacional? Pues, esta misma pregunta se la hizo el economista inglés David Ricardo en el siglo XIX y formuló la teoría de la ventaja comparativa, la cual es el germen conceptual del crecimiento progresivo del comercio internacional.

Es muy sencillo. Vamos a ver. Imagínate, Sofía, una situación extremadamente simple donde los costos de producción sólo estén relacionados con los rendimientos. Dos países, “A” y “B”, producen maíz y trigo con los siguientes rendimientos por hectárea:

                 ____A_____              ____B_____
Maíz:         4.000 Kg/Há              2.000 Kg/Há
Trigo:        6.000 Kg/Há               5.000 kg/Há

Producir 1 kg de maíz en el país “A” (4.000 kg/Há) representa dejar de producir 1,50 kg de trigo (6.000 Kg/Há), en sentido inversa, producir 1 kg de trigo equivale a la producción de 0,66 kg de maíz. Similarmente, en el país “B” la producción de 1 kg de maíz (2.000 Kg/Há) equivale a 2,50 kg de trigo (5.000 Kg/Há), o dicho a la inversa, 1 kg de trigo equivale a 0,40 kg de maíz.

¿Está claro, Sofía? Lo resumo:

___  País A                               País B____
Maíz =1,50 Trigo           Maíz=2,50 Trigo
Trigo=0,66 Maíz            Trigo=0,40 Maíz

A pesar de que el país “B” tiene menos rendimiento en la producción de ambos productos, en términos comparativos tiene ventaja en la producción de trigo pues tiene un costo de 0,40 de maíz, inferior a 0,66 que resulta en “A”. En tanto que la producción de maíz es más ventajosa en el país “A” que tiene un costo de 1,50 de trigo, inferior a 2,50 que tiene “B”.

De manera que resulta conveniente que “A” se especialice en producir maíz y “B” en trigo y luego comercialicen sus excedentes de manera que cada cual adquiera al otro con un precio menor que su propio costo de producción. Entonces, ¡Eureka!, todos ganan cuando se aprovechan las ventajas comparativas entre países.

Por esta razón los países están obligados a insertarse en las redes del comercio internacional, caso contrario se condenan al estancamiento económico. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas, Sofía, ya que si bien el comercio internacional favorece a todos, el beneficio no se reparte de igual forma habida cuenta unos términos de intercambio comercial que privilegia el precio de la tecnología de los países desarrollados en detrimento del precio de las materias primas de los países pobres, y detrás de ello están los salarios.

Mientras los países industrializados nos venden productos con alto valor agregado que incorpora tecnología avanzada, que en definitiva representa el conocimiento técnico y científico que han alcanzado, nosotros, los del tercer mundo, eufemísticamente llamados países en vías de desarrollo, producimos materia prima y productos básicos. La competitividad de los países menos desarrollados se obtiene entonces con bajos salarios para su mano de obra.

La competencia internacional es verdaderamente dramática, Sofía, aunque se diga que los países subdesarrollados crecen a mayor velocidad que los países del primer mundo, pues a pesar de que podamos crecer 10% anualmente y los países avanzados crezcan sólo 3%, ocurre que si estamos en un nivel de 10 para llegar a 11 después de un año, los otros están en 100 para llegar a 103, resulta así que la brecha es cada vez mayor y será en determinado momento una situación definitivamente insostenible. De hecho, ya es difícilmente controlable la explosiva emigración de hambrientos y desesperados desde los países periféricos hacia Europa y Estados Unidos.

Entonces, ¿hacia dónde tú crees que vamos, Sofía? Estoy convencido que la competencia económica ha promovido el espectacular crecimiento económico de los últimos años, pero también se ha perdido la vida apacible de los viejos tiempos, estamos inmersos en una carrera por alcanzar cada vez un mayor consumo de aparatos tecnológicos que nos chupan la sangre y vamos perdiendo la consciencia de vivir, terminamos como muertos en vida, no conscientes de ello vamos siendo empujados a nuestra propia tumba.

Claro, acepto que es importante resolver el problema del crecimiento económico en el contexto del comercio internacional, pero es mucho más importante la búsqueda de la felicidad, que no es necesariamente lo mismo. Para mí el grito de rebeldía es ¡Vivir! ¡Vivir es la consigna!


Sofía, creo que abandonaré mis reflexiones sobre la economía, ahora me dedicaré a la filosofía, a la filosofía de la vida aquí y ahora. Hay que querer la vida, ¡querer ésta vida!, y quizás quererla tanto hasta enloquecer como le ocurrió a Nietzsche.

Caracas, Febrero 17 de 2006.


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