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Durante la presentación del Presupuesto de la Nación el ministro del Poder Popular para la Economía y Finanzas, Alí Rodríguez Araque, destacó que el 45,7 % del mismo estaba asignado para gastos sociales, es decir, para los programas de alimentación, salud, educación, etc., porque el ser humano es el centro de atención de las políticas del gobierno de Chávez.
Se supone que los programas sociales de gobierno tienen el propósito de reducir y atenuar la pobreza, y para tal efecto se llevan a cabo diversas Misiones, eso sí, actúan de manera paralela a la tradicional institucionalidad del Estado y sin ninguna transparencia en su gestión, de modo que nadie sabe evaluarlas verdaderamente. El mecanismo es muy sencillo, si se detecta algún problema en el país, bueno, se le mete de por medio una Misión y listo, supuestamente se resuelve el problema casi mágicamente.
Entre las misiones más conocidas están: Misión Mercal, Misión Barrio Adentro, Misión Ribas, Misión Robinson, Misión Sucre. Pero hay muchas más, algunas casi desconocidas, como: Misión Milagro, Misión Negra Hipólita, Misión 13 de Abril, Misión Alimentación, Misión Árbol, Misión Ché Guevara, Misión Ciencia, Misión Cristo, Misión Cultura, Misión Esperanza, Misión Guaicaipuro, Misión Hábitat, Misión Identidad, Misión José Gregorio Hernández, Misión Madres de Barrio, Misión Miranda, Misión Música, Misión Niños y iñas del Barrio, Misión Piar, Misión Sonrisa, Misión Villanueva, Misión Zamora, Misión Vuelvas Caras, etc.
Durante la presentación del Presupuesto de la Nación el ministro del Poder Popular para la Economía y Finanzas, Alí Rodríguez Araque, destacó que el 45,7 % del mismo estaba asignado para gastos sociales, es decir, para los programas de alimentación, salud, educación, etc., porque el ser humano es el centro de atención de las políticas del gobierno de Chávez.
Se supone que los programas sociales de gobierno tienen el propósito de reducir y atenuar la pobreza, y para tal efecto se llevan a cabo diversas Misiones, eso sí, actúan de manera paralela a la tradicional institucionalidad del Estado y sin ninguna transparencia en su gestión, de modo que nadie sabe evaluarlas verdaderamente. El mecanismo es muy sencillo, si se detecta algún problema en el país, bueno, se le mete de por medio una Misión y listo, supuestamente se resuelve el problema casi mágicamente.
Entre las misiones más conocidas están: Misión Mercal, Misión Barrio Adentro, Misión Ribas, Misión Robinson, Misión Sucre. Pero hay muchas más, algunas casi desconocidas, como: Misión Milagro, Misión Negra Hipólita, Misión 13 de Abril, Misión Alimentación, Misión Árbol, Misión Ché Guevara, Misión Ciencia, Misión Cristo, Misión Cultura, Misión Esperanza, Misión Guaicaipuro, Misión Hábitat, Misión Identidad, Misión José Gregorio Hernández, Misión Madres de Barrio, Misión Miranda, Misión Música, Misión Niños y iñas del Barrio, Misión Piar, Misión Sonrisa, Misión Villanueva, Misión Zamora, Misión Vuelvas Caras, etc.
Quizás resulte familiar la Misión “Vuelvan Caras”, porque efectivamente la alimentación la han vuelto cara, la vestimenta la han vuelto cara, la vivienda la han vuelto cara y muchas cosas más que sería largo enumerar.
Sin embargo, el gobierno alardea del enorme gasto social, sin mostrar ni un solo indicador convincente de la efectividad de este gasto, pues con la propaganda pretende pintar un paraíso, pero luego declara la salud en emergencia, las epidemias de dengue, influenza, mal de Chagas, paludismo y otras enfermedades están desatadas como nunca antes; la construcción de vivienda es inferior a cualquier gobierno anterior, la inseguridad le ha quitado todo valor a la vida, 15.000 homicidios en el último año, los servicios públicos están en crisis y hay racionamiento de la electricidad y del agua.
Realmente si aumentar la partida de gastos sociales en el presupuesto nacional significa mayores beneficios para la población, ¿entonces por qué no se sube de una vez a 100%? Esto no es tan sencillo, aumentar el gasto social no significa necesariamente una mayor eficiencia y eficacia del gobierno para el bienestar del pueblo.
De igual modo el gobierno pretende hacer creer que para tener mayor riqueza se pueden imprimir más billetes, como efectivamente lo hace transformando dos veces a bolívares los dólares del ingreso petrolero, primero a través del Banco Central a PDVSA y después con el FONDEN al gobierno, con los supuestos excedentes de las reservas monetarias.
Imaginemos la exportación de un barril petrolero mediante el cual ingresan al país 60 dólares a las arcas de Banco Central como reserva monetaria, el Banco le paga a PDVSA (la empresa petrolera que maneja el gobierno a su antojo) el equivalente en bolívares a la tasa oficial de 2,15 bolívares por dólar, es decir Bs. 129,00 y quedan los dólares de respaldo monetario. Lo gracioso, para no decir que es una terrible desgracia, es que el gobierno establece que de ese ingreso se debe considerar como excedente, por ejemplo, 20 dólares, que lo retiran de las reservas y los venden en el mercado paralelo de divisas a través de algún subterfugio legal, esto es, reciben Bs. 100,00 para los gastos del gobierno. Es decir, ahora los dólares que maneja el gobierno generan el doble de bolívares que aquellos que reciben los particulares por sus exportaciones.
El hecho que se produzcan más billetes, sin que se aumente realmente la producción del país, no significa que el país se vuelva más rico. Sencillamente el gobierno tiene más dinero para cubrir sus gastos y la población quedará con la misma cantidad de dinero que cada vez valdrá menos, socavado por la desvalorización que provoca la inflación. Claro, el gobierno cínicamente le hecha la culpa de la inflación a los especuladores, acaparadores y saboteadores, pretendiendo confundir causa con efecto.
¿Y qué hace el gobierno con ese dinero? Bueno, muy sencillo, tapar las ineficiencias con billetes a manos llenas y disfrazada su gestión de gasto social, inventando empleo improductivo, adelantando proyectos que no son sustentables en el tiempo, importando casi todo con lo cual nos alimentamos.
Mientras tanto se destruye las industrias básicas del país, la siderurgia dice que detiene los hornos durante 5 horas diarias para ahorrar energía ¡Dios mío! ¡Los hornos son para producir, no para pararlos! Se produce aluminio a la mitad de la capacidad de las Plantas en Guayana con un costo que duplica el precio de mercado, pero si produjeran a capacidad completa no habría electricidad para la población que ya la tiene racionada.
Gasto social no es solamente brindar migajas para comprar conciencias, no es dar servicios a cambio de una ideologización, no es atender a unos, porque son afectos al gobierno, y excluir a otros, porque no expresan simpatía por el gobierno. Ni tampoco el gasto social es excusa para dejar de atender la infraestructura de servicios públicos, como luz, agua, carreteras, escuelas, que debe crecer al menos al compás del aumento natural de la población y ser el soporte del desarrollo industrial del país.
El racionamiento de luz y agua es una actitud reactiva del gobierno frente a la crisis por el deterioro de las instalaciones públicas y la falta de planificación del Estado, no obedece a un plan verdadero para crear conciencia sobre el manejo de los recursos naturales, pues en tal caso también debería haber un plan de racionamiento de la gasolina que se quema dispendiosamente en Caracas en un tráfico definitivamente infernal.
¿Por qué no se aprobó en su oportunidad el plan de paradas de vehículos, pico y placa? ¿Por qué no hay una revisión del precio de la gasolina que vale 0,05centavos de dólar el litro, 30 veces más barata que en los países industrializados? ¿Por qué no hay un plan efectivo de incentivo para sustituir gasolina por gas?
Claro que es cierto que el ser humano es el centro de este gobierno, por supuesto, es el centro del desastre del país que no avanza a ninguna parte. Este gobierno no es más que un aprendiz de brujo que ha desencadenado fuerzas destructivas que no sabe como contener… o quizás, es su concepto de socialismo del siglo XXI, todos seremos iguales en la ruina y la desgracia.
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